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Valladolid, Castilla y León, Spain
Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte | Director de EDUVIC-Inspira tu país | Director del Programa DTD en la Universidad Europea Miguel de Cervantes | Análisis Observacional y Detección de Jóvenes Talentos en Fútbol | Deporte y educación al servicio del desarrollo humano

martes, 22 de noviembre de 2011

La importancia de no rendirse nunca

A pesar de presentar el coaching y el control del aspecto emocional en el deportista como herramientas para la consecución del éxito, y partiendo de la idea de que eso implica una constante ilusión y ambición por conseguir las metas marcadas, debemos de remarcar un dato muy importante: por muy buena y constante que sea la andadura de este camino, siempre van a existir momentos críticos, pudiendo ser estos más o menos frecuentes.

Todos aquellos deportistas que idolatramos, esos que consideramos héroes, también tuvieron momentos malos, situaciones en las que seguramente ellos no tenían tan claro si el resultado sería exitoso. Segundos, horas, e incluso días enteros en los que el pensamiento en su mente no era tan positivo como podemos llegar a creer. Sin embargo, hay algo que les distingue del resto: minimizan al máximo su caída, y a su vez la utilizan para volver aún con más fuerza.

Ese es el verdadero secreto: cuando hay algo que no está saliendo como debe, cuando se alejan de todo aquello que soñaron cada día con conseguir, aparece la fuerza mental. Y aparece para decirles que hay que volver al camino, y no sólo eso, sino que deben de volver aún mejor que cuando lo abandonaron.

Seguramente si examinamos el historial de cada deportista exitoso nos encontremos con esos períodos improductivos, y si tenemos la oportunidad de hablar con ellos nos dirán que pensaron en dejarlo en muchas ocasiones, que se sintieron frustrados, etc., pero esto es algo que tarde o temprano tiene que pasar, porque de las grandes decepciones nacen las grandes gestas en la vida. Lástima que sólo unos pocos privilegiados tengan la osadía de atreverse a cambiar la historia.

Pero la suerte de todo esto es que a día de hoy, millones de deportistas en el mundo tienen la posibilidad de elegir, y más concretamente de ser informados de que pueden hacerlo. Hemos vivido épocas a la sombra de los más grandes sin conocer su secreto, preguntándonos que tendrían ellos que nos hicieran parecer a los demás simples mortales entre sus figuras endiosadas. Es el momento de buscar a esos jóvenes con ganas, de decirles que controlando su mente y expandiendo sus límites todo es posible, de contarles que en ellos está lo necesario para ser exitosos, que sólo tienen desearlo y actuar en consecuencia.

Un entorno negativo, comentarios inapropiados, el miedo al fracaso, el miedo escénico, una lesión de larga duración..., no son más que pequeñas piedras en el camino para alcanzar nuestros propósitos en el deporte. Para los más débiles o aquellos que no confíen en sus posibilidades, serán piedras imposibles de superar y a la vez excusas para enmascarar su falta de ambición. Sin embargo, para los más grandes, los que luchan por un sueño, no serán más que anécdotas que contar para explicar su historia del éxito.

Es importante recordar que, por mucho que la percepción de las cosas sea negativa, por mucho que nos parezca que otros cayeron derrotados en nuestra situación, el poder de la mente es ilimitado. Si vivimos cada día con la certeza de conseguir nuestros sueños, no hay duda, se conseguirán. Debemos esperar nuestro momento, y es algo por lo que merece la pena luchar y no rendirse nunca.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La carrera por la excelencia.

Puede llevarnos a equívocos el pensar que el talento proviene de manera innata y ya por eso un deportista marca la diferencia. La realidad es muy distinta y es el resultado de la combinación de diversos factores. Es cierto que genéticamente unas personas nacen con unas cualidades diferentes a otras y que esto establece un nivel de base superior en determinados casos, pero aún aceptando esa realidad esta teoría queda desmontada en el momento que hablamos del factor mental aplicado al deporte.

El primer detalle a tener en cuenta es que de todas esas personas que nacen con unas cualidades óptimas para la práctica deportiva, muchas de ellas no van a ser conscientes de su don o van a enfocarlo de manera errónea hacia una modalidad deportiva que no aprovecha esa ventaja innata. En este caso ya estaremos eliminando competidores en nuestro camino.

El siguiente detalle que marca la diferencia es que muchos de esos deportistas que han encontrado la disciplina deportiva óptima para sus cualidades, fracasan en el intento debido a una serie de factores tanto internos a nivel mental, como externos a nivel de su entorno. No son capaces de alcanzar sus metas porque no están preparados para sacrificarse o porque no disponen de los medios para intentarlo. Hay que tener en cuenta que no todas las personas fijan sus metas o sueños en destacar en su deporte, ya que el tener unas cualidades adecuadas no siempre está relacionado con el sacrificio y espíritu de superación.

Llegados al grupo de los deportistas que se encuentran en la modalidad deportiva adecuada a sus posibilidades y que tienen el propósito de triunfar, eliminaremos en nuestra carrera a aquellos que no progresan de manera adecuada. Son muchos los casos de deportistas que se quedan en el camino por no llevar a cabo un aprendizaje adecuado, por situaciones afectivas negativas o en muchos casos por no poseer unos entrenadores a la altura de sus expectativas.

Una vez que nos centramos en los deportistas que realizan un deporte óptimo a sus condiciones físicas y que trabajan cada día por superarse con el objetivo de ser los mejores, distinguiremos dos grupos: Los que son capaces de proponerse metas elevadas y persistir hasta su consecución, y los que no. Y aquí está la clave.

Se puede ser muy bueno, se puede haber nacido para ello, se puede enfocar una vida a la práctica del deporte, pero únicamente la excelencia se conseguirá en el momento que la mente sea capaz de generar unas metas u objetivos al alcance de muy pocos o ninguno, y a su vez de poner todos los medios cada día para no desistir nunca en el intento. 

Diversos estudios médicos a nivel fisiológico atribuyen el éxito deportivo al incremento de los niveles de mielina, una sustancia presente en el sistema nervioso que permite la transmisión de los impulsos nerviosos. La mielina aumenta a medida que repetimos un gesto o un entrenamiento a lo largo del tiempo, de forma que nuestro cuerpo adopta la realización del movimiento como automático.

Sin embargo, dada la teoría del factor mental cómo responsable del éxito en el deporte, el aumento de la mielina no es más que un elemento entre otros, consecuencia del duro entrenamiento en el afán por la consecución de un sueño. Pero lo que verdaderamente hace que alcancemos la excelencia es no limitarnos jamás nuestro potencial. Tan importante es el entrenar cada día como el hacerlo para ser el mejor y creer que verdaderamente podemos lograrlo. Sólo seremos los mejores si nos imaginamos cada día siéndolo y actuamos en consecuencia, de lo contrario jamás lo lograremos.

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Qué es el éxito?

Sería conveniente detenernos ante esta pregunta y reflexionar acerca de que entendemos por éxito. Las personas en la vida cotidiana al igual que los deportistas tienden a cometer el error de entender por éxito o resultado exitoso el no fracasar, el no desistir, el mantenerse, pero eso no es correcto.
Es muy fácil llegar a una situación cómoda tanto social como económicamente y considerar de alguna manera que ya se ha correspondido con la deuda del esfuerzo invertido, con todos aquellos días en los que el futuro era incierto, pero ese conformismo no es más que el resultado de un comportamiento cobarde, de la limitación mental que no permite ver avances mayores que los obtenidos hasta el momento.

Pero bien, ahora parémonos a pensar que los resultados obtenidos en la vida son el fruto de nuestros pensamientos, tomemos por verdad que el éxito es construido a través de la mente y que una mentalidad ilimitada nos conduce irremediablemente a la consecución de todas nuestras metas. Aceptémoslo, y ahora que ya sabemos en qué consiste, atrevámonos a conseguirlo, a decirle al mundo que no nacimos pero ser uno más, sino que vamos a pasar por él dejando huella.

A la hora de transmitir al deportista esta filosofía de vida, puede surgir el rechazo de quién considera que la solución a sus problemas no puede ser tan fácil, que la consecución de los sueños no puede ser tan simple como no ponerse límites, pero esto conlleva a su vez una fácil solución a la vez que un reto: Si el pensamiento positivo no nos genera ningún esfuerzo extra, ¿qué perdemos intentándolo?.

Y es en ese momento en el que se produce la transformación. El deportista que entiende que es alguien especial, que no puede dejar pasar la oportunidad de conseguir lo que un día parecía imposible, que es un ser ilimitado, comienza un largo camino que quedará en la historia para siempre. No hay momento para mirar atrás, para plantearse si el camino elegido merece la pena, no hay lugar para observar a los que se quedaron en el camino, ni siquiera para pensar que nosotros podríamos correr la misma suerte. Es el momento de recoger todo aquello que nos pertenece y sobre todo decirnos a cada momento que nosotros merecemos algo tan bueno.

Esta es la diferencia entre los simplemente buenos y los que pasarán a la historia. Es difícil pensar que podemos destacar dentro de un mundo en el que habitan 7.000 millones de personas, pero cuando comprendes que esos 7.000 millones de personas viven en la limitación de no conocer su potencial, te das cuenta de que conseguir el éxito es mucho más fácil de lo pensado. Tan fácil que podríamos llegar a subestimarlo, a pensar que es demasiado para nosotros, que no lo merecemos.

Pero pensemos detenidamente. Imaginar por momentos lo que queremos obtener es fácil, arriesgar para conseguirlo es factible, e incluso entrenar duro es algo al alcance de muchas personas. Sin embargo, lo que diferencia a un deportista único es su capacidad mental para superarse cada día, para no ver un techo a su nivel, para sentir que nada ni nadie podrá interponerse en su camino del éxito. El secreto es pensar que nada es imposible, y sobre todo sentirlo a cada segundo de nuestras vidas.